A nombre de la doctora Karla García y del doctor Eligio Islas les damos una cordial bienvenida a esta nueva publicación del blog de Embriofertyl. Para todo el equipo es un placer llegar cada vez a un mayor número de lectores porque esto también incrementará el número de sueños logrados y de felices madres y padres que se beneficiarán con las técnicas más avanzadas de reproducción. Y hablando de éstas, hoy nos concentraremos en la Fecundación In Vitro (FIV), una vez que en julio se han cumplido 38 años del primer nacimiento bajo esta técnica de reproducción asistida.
Un poco de historia.
Louise Brown fue la primera niña que nació como producto de una Fertilización In Vitro. Esto ocurrió en el ya lejano año de 1978, en la ciudad de Bristol, Inglaterra, y desde entonces ha habido numerosos y significativos avances en este terreno de la reproducción asistida. Corría el mes de julio, ha contado Louise, la mujer que ahora está por cumplir casi cuatro décadas de vida y que al momento de su nacimiento fue conocida como la primera “bebé de tubo de ensayo”, dado que su origen se gestó en el laboratorio.
En aquel entonces no se sabía cómo podría tomar la gente la noticia de que una niña había nacido a través de la técnica de reproducción asistida conocida como FIV. Pero más que de un “tubo de ensayo” o “de probeta”, como también se le llamó el nacimiento fue producto de esta técnica hasta entonces desconocida, pero de la que hoy podemos decir que consiste en que un óvulo previamente extraído de los ovarios se fecunda con esperma ya sea de la pareja o de un donante anónimo y una vez logrado ese proceso se coloca de nuevo en la matriz de la madre.
De hecho, la cesárea mediante la que la madre de Louise dio a luz se realizó en la penumbra y se buscó guardar el secreto de las condiciones del parto tanto como fuera posible. En la clínica eran escasas las personas que sabían qué estaba ocurriendo y los padres de la recién nacida hicieron todo porque los medios de comunicación se mantuvieran al margen. Incluso agentes policiacos montaron guardia a las puertas del hospital.
Primeras reacciones.
Hay que mencionar que cuando el feliz alumbramiento se dio, una de las reacciones más comunes entre los hombres de ciencia fue la sorpresa, pues el procedimiento había sido tan experimental que el éxito se podía calificar casi de milagroso.
Fueron un ginecólogo y un fisiólogo los responsables del tratamiento. Por una parte, Patrick Steptoe había dado con una manera práctica de extraer los óvulos de los ovarios, sin dañarlos. Y por la otra, Robert Edwards, el ganador del premio Nobel de Medicina, se había vuelto experto en fertilizar artificialmente óvulos de animales, primero, y luego de humanos.
Fueron numerosas las veces en que transfirieron embriones hasta que por fin llegaron a la meta: la concepción de un bebé. Incluso, la advertencia para los padres de Louise es que tan sólo tenían una posibilidad en un millón de lograr una concepción exitosa.
No todo mundo vio esto como un milagro pues a pesar de que la mayoría de mensajes que recibió la feliz pareja eran manifestaciones de alegría y apoyo, también hubo algunos que mostraban su desacuerdo. Se trataba sobre todo de fervientes creyentes católicos que veían una seria transgresión a su religión en el acto. Pero el cardenal que estaba a punto de convertirse en el papa, Juan Pablo I, también manifestó su apoyo señalando que lo único que los padres de la niña deseaban era tener un bebé.
A tal grado se consideraba milagroso el nacimiento que incluso se grabó en video a fin de que quedara constancia y prueba del éxito de la FIV. Y una de las primeras reacciones de los doctores fue la de practicar numerosas pruebas a la bebé con el objetivo de garantizar que estaba en buenas condiciones.
Nuevas técnicas.
En ese entonces, los doctores dejaron de realizar intentos masivos una vez que identificaron las condiciones que generaban la concepción. Pero poco a poco hospitales como Bourne Hall dieron con procesos y métodos perfectamente establecidos, y así, nuevas mujeres y parejas fueron beneficiadas. En 2014 se estimaba que en todo el globo habían ocurrido más de cinco millones de nacimientos producto de esta técnica de reproducción asistida.
En la siguiente década a la del “milagro científico”, la de 1980, surgieron nuevas técnicas como la congelación de embriones por si los que habían sido implantados en el útero no llegaban a nacer. Además, la evolución de los aparatos para realizar ultrasonidos permitió nuevas formas para la extracción y recolección de óvulos. Así se sustituyó la cirugía laparoscópica y los índices de éxito aumentaron mucho.
¿Quiénes son candidatos a recibir este tratamiento?
Por la manera en que se realiza, la FIV tiene el poder de beneficiar no solamente a las parejas que sufren por problemas de infertilidad por parte de la mujer, del hombre o de ambos. También las parejas del mismo sexo y las mujeres solteras que deseen tener hijos pueden aprovechar las ventajas de esta técnica que, aunque está por cumplir casi 40 años de haber aparecido, apenas en años recientes se ha vuelto una de las mejores técnicas de reproducción asistida.
Es cierto que a medida que avanza la edad de las personas, las probabilidades de éxito van disminuyendo. Y aunque sabemos que es una decisión que debe realizarse con mucho amor y que cambiará toda nuestra vida, es recomendable no tardar demasiado en tomarla para tener tiempo de realizar los estudios y todos los intentos que sean necesarios. De cualquier manera, aun en personas de edad avanzada, los procedimientos actuales generan hoy índices de éxito más altos que en toda la historia de la FIV.
En Embriofertyl el porcentaje de éxito en el primer intento oscila entre el 50% y el 70% dependiendo de las características del óvulo que se busca fecundar. No dudes en contactarnos si estás buscando un método de reproducción asistida pues tenemos las mejores opciones a precios económicos y con la garantía del uso de las tecnologías más avanzadas. ¡Hasta la próxima entrada del blog!
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